NO COMPRES ESCLAVITUD

Hoy es un día para recordar. Para recordar que hay miles de personas „la mayoría mujeres y niñas„ que están en situación de prostitución forzada. Recordamos a los cuatro millones de personas desplazadas por este cruel fenómeno; recordamos que supone un lucrativo negocio de siete billones de dólares anuales y la muerte en vida para las víctimas. Un negocio muy rentable, el segundo a escala mundial después del tráfico de armas.

Sólo hace falta una mirada a los polígonos y carreteras, a los barrios más degradados de nuestras ciudades, a los carteles de carretera que prometen paraísos, a esos ´hipermercados del sexo´, para darnos cuenta de la magnitud de esta tragedia. Además nos topamos con un muro: la imposibilidad manifestada por las fuerzas de seguridad de conocer cuántas víctimas de explotación sexual hay en el Estado español.
Miles de mujeres y menores (aunque también hay hombres explotados sexualmente, la mayoría de las víctimas son del sexo femenino) son vendidas a diario como esclavas sexuales. Según el informe de la Fiscalía durante el 2012, de las 655 mujeres víctimas de explotación sexual sólo 81 se acogieron al periodo de treinta días de reflexión que contempla la ley, durante el cual reciben asistencia jurídica y psicológica mientras deciden si colaboran denunciando a los responsables. Cifras ridículas frente a la magnitud de esta lacra.

Poco han cambiado las cosas para las víctimas desde que se instauró en 1999 en Dhaka (Bangladesh) el 23 de septiembre como Día Internacional contra la Explotación Sexual, el Tráfico y la Trata de Personas. Cada año la cifra aumenta. La crisis, las guerras, la miseria, siguen siendo fuente inagotable de víctimas. La prostitución, la trata y el tráfico de personas para la explotación sexual (pornografía, matrimonios forzados y prostitución forzada) existen porque hay hombres que compran sexo, porque hay mujeres que no encuentran un empleo que les proporcione una forma de vida digna. Un modelo social que se retroalimenta de una cultura patriarcal en la que juega un papel importante la pornografía. Esa pornografía que promueve la demanda de las mujeres como cuerpo-objeto y marca el modelo de sexualidad y de relaciones entre mujeres y hombres; esa pornografía que estigmatiza y criminaliza a las mujeres prostituidas y perjudica gravemente al conjunto de la sociedad.

No nos olvidamos de las niñas secuestradas de Nigeria o en Mosul sometidas a la brutalidad de la violencia sexual, también recordamos a las criaturas explotadas en otros países del mundo para satisfacer la demanda de ´turismo sexual´ de los países más ricos.

Un 90% de las personas que ejercen la prostitución son explotadas por proxenetas. La mayoría son víctimas de trata. Personas que carecen de voluntad, de opinión, de libertad. No han elegido ser secuestradas, engañadas, amenazadas, vendidas, explotadas, violadas,aisladas,asesinadas… exhibidas en calles, clubes o carreteras como muñecas rotas, arrastrando sus cadenas ante la mirada indiferente de la sociedad.

Las redes de explotación sexual aprovechan la falta de normativa sancionadora de algunos países para introducir sus víctimas y empezar a explotarlas de forma segura, sin riesgos, ganando sumas increíbles de dinero a costa de esta vergonzante violencia, cruel e inhumana. Este es el caso del Estado español, y especialmente de la Región de Murcia, destino preferido de las mafias de prostitución. Nuestro país es también lugar de tránsito para todo este tráfico inhumano de personas hacia otros lugares donde tampoco está perseguida la trata. Lo que no podemos ignorar es que en nuestra propia casa, el Estado español, hay un 30% de la población masculina que es cliente asiduo de prostitución. Que compra sexo, que compra esclavitud.

Desde la Organización de Mujeres de La Intersindical estamos radicalmente en contra de cualquier forma de discriminación y violencia contra las mujeres, y la explotación sexual es su forma más brutal y vergonzante. La sociedad no puede ignorarlo ni tolerarlo. Por eso, el Día contra la Explotación Sexual, el Tráfico y la Trata de Personas, desde la Organización de Mujeres de la Intersindical queremos manifestar nuestra pública repulsa a cualquier forma de explotación y esclavitud de seres humanos. Perseguir y erradicar el tráfico de personas con finalidades de explotación laboral y sexual tiene que ser objetivo principal de todos los Estados. El Gobierno debe protección, asistencia integral y reparación a las víctimas, sin ninguna discriminación por razón de sexo, nacionalidad, raza o credo. Pero además es necesaria una educación afectivo-sexual basada en la igualdad y el respeto a la diversidad.

Tenemos el convencimiento de que para terminar con esta práctica cruel hace falta visibilizarla y hacer conscientes a quienes la consumen de que están comprando seres humanos, están comprando esclavitud.

Artículo en La Opinión

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