STERM DENUNCIA LA FALTA DE MEDIOS Y EL DESINTERÉS EN LOS CENTROS RURALES

Exigimos a la Consejería de Educación de la Región de Murcia una implicación real con la escuela rural. En la Región los centros rurales se extienden por el Altiplano, el Noroeste, las tierras altas de Lorca, la zona prelitoral de Lorca y Mazarrón, y el campo de Cartagena.

Ahora que se habla tanto de la España vaciada, ya sabemos cómo la existencia de unas buenas redes de servicios y transporte públicos garantizan la sostenibilidad del territorio. Donde hay escuela hay futuro. Sanidad y educación públicas -en el campo, la privada no tiene negocio- son pilares básicos de la comunidad. Donde hay una escuela, hay futuro. Pedimos por tanto que se considere la creación de nuevas unidades, previamente dotadas de mobiliario y medios, o de asignación económica para adquirirlos.

Las leyes de protección medioambiental nos exigen reducir el uso de vehículos contaminantes. No es viable la opción de agrupar al alumnado de zonas rurales en macrocentros, no solo por el medio ambiente, sino también por la conciliación de la vida de familias y estudiantes, que no tienen por qué desplazarse a kilómetros de sus casas para disfrutar de su derecho a la educación.

La Consejería no coge el teléfono. Conseguir profesorado de apoyo o ampliación de horarios, cumpliendo los requisitos para ello, implica una carrera interminable de correos y llamadas telefónicas a la Administración. Los retrasos en la publicación de los currículos y demás normativa vinculada a la nueva ley educativa han supuesto, aún más, un aumento sin sentido de la burocracia en estos centros. Los equipos directivos son incapaces de atender sin medios el volumen de papeleo al que tienen que responder y, al mismo tiempo, dar clase.

En los CRA, los equipos tienen que coordinar todos los centros adscritos: infraestructuras, horarios, refuerzo educativo, proyectos educativos, PROA… Es imposible asumir nuevos programas, ni continuar con los ya implantados, porque nunca van acompañados de crédito horario, ni se contemplan las condiciones de estos centros, con agrupamientos mixtos o alumnado de distintos niveles en una misma unidad-aula. Estos centros necesitan de la creación y dotación de grupos específicos de trabajo, innovación, formación e investigación, con crédito horario suficiente para ello, de modo que puedan desarrollarse programas.

Defendemos que la escuela rural tenga un tratamiento específico de estructuras y normativa que garantice todas las etapas y servicios. Con plantillas orgánicas estables y suficientes para cubrir las horas de trabajo. Es lo más básico y no se cumple. También deben estar dotadas de equipos psicopedagógicos y de orientación, de especialistas, de personal de apoyo, y preparadas para atender la diversidad. Se tienen que mejorar las condiciones y el pago de las itinerancias, en vez de continuamente menoscabar los derechos del personal que se desplaza. Deben revisarse los criterios para ser considerado Centro de Atención Preferente, más allá de contar con algunas plazas en centros que reciben una gran cantidad de alumnado con necesidades específicas. Reclamamos ratios especiales para desdobles y personal de compensatoria y traducción. Estos centros deben aportar al campo cohesión social, sostenibilidad, desarrollo, y se merecen condiciones dignas de trabajo, para ayudar a las familias a perdurar y desenvolverse en sus comarcas.

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